Salsa de Fresas y Caramelo con Sabor a Algodón de Azúcar: un Toque Nostálgico para tus Postres
- Elisa Calcagno
- 29 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 abr
Hay sabores que marcan nuestra infancia y que al volver a probarlos nos hacen retroceder en el tiempo. Y si me pides que te diga un único sabor que pueda generar eso en personas de diferentes países, creo que te diría el del algodón de azúcar. Porque las galletas que tú comías de pequeño puede que no hayan sabido igual que las mías, o las frutas de mi país no crecían en el tuyo. Pero el algodón de azúcar sabe igual en todas partes. Será porque se trata de un sabor artificial que conjuga varios sabores que le encantan a los niños en uno solo: una mezcla dulce de vainilla, caramelo y frutas rojas como frambuesa o fresa.
Esa nube rosa que se deshace al instante en la boca no solo nos llenaba de azúcar, también momentos y recuerdos. Su sabor se volvió una especie de idioma universal de las ferias, los circos y las fiestas.

¿Y sabes lo más curioso? Fue inventado por un dentista que, en 1897 y junto a un fabricante de dulces, creó una máquina que derretía y giraba azúcar hasta convertirla en hilos esponjosos.
Con el paso del tiempo se le añadieron colores brillantes y saborizantes artificiales para hacerlo aún más llamativo. Y así nació el sabor del algodón de azúcar que hoy reconocemos sin dudarlo, incluso cuando lo encontramos en otros productos como chicles, helados o uvas…Si, me refiero a las frutas, de las que existe una variedad con sabor a algodón de azúcar, aunque parezca difícil de creer.
Inspirada en ese sabor difícil de olvidar he creado esta receta: una salsa de fresas y caramelo con sabor a algodón de azúcar. Ideal para transformar un simple helado de vainilla, un yogur natural o unos panqueques recién hechos. Una cucharada de esta salsa no solo endulza el postre: despierta recuerdos. Porque a veces, un sabor basta para hacernos volver a esos días en que todo era más simple… y más dulce.
SALSA DE FRESAS Y CARAMELO CON SABOR A ALGODÓN DE AZUCAR
150 g de fresas frescas o congeladas
100 g de azúcar
1 cdta de extracto de vainilla
Tritura las fresas con el túrmix o con una licuadora de vaso hasta obtener una pulpa. Pásala por un colador fino para desechar todas las semillas. Caliéntala en el microondas o en una cacerola pequeña hasta que hierva y resérvala.
En una cacerola profunda coloca el azúcar a fuego bajo. A medida que el azúcar comience a derretirse y los bordes tomen un tono dorado, usa una cuchara para mover suavemente, rompiendo los terrones que puedan formarse, pero sin revolver demasiado.
Cuando casi todo el azúcar esté disuelto puedes revolver con más libertad. Sigue cocinando hasta que el caramelo tenga un color dorado claro. Para obtener sabor a algodón de azúcar es importante que el caramelo sea suave y que no tome sabor amargo.
Apaga el fuego y añade la pulpa de fresa bien caliente poco a poco. Ten mucho cuidado porque el caramelo burbujeará intensamente. Es importante que la pulpa esté bien caliente para evitar un choque térmico fuerte y que la reacción sea más controlada.
Cuando las burbujas disminuyan, remueve bien para que todo se integre y cocina un poco más hasta que el caramelo este completamente disuelto, entre 3 y 5 minutos. Este tiempo puede depender de la intensidad de tu fuego y la consistencia de desees (mas o menos espesa). Puedes hacer la prueba de consistencia poniendo una cucharadita con salsa en el congelador para que enfríe rápidamente. Si ves que aun está muy liquida cocínala durante unos minutos más.
Vierte la salsa en un frasco de vidrio o un recipiente de cerámica. Déjala enfriar completamente antes de usarla.
Y ¡listo! Ya tienes una salsa sabor algodón de azúcar para usar en tus postres favoritos





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