Lemon curd casero: receta base de mi libro Básicos de la Repostería
- Elisa Calcagno
- 17 sept
- 4 Min. de lectura
Desde muy joven sentí una especial atracción por las recetas. Todo tipo de recetas: las escritas a mano en los cuadernos de mis abuelas o de mi madre; las impresas detrás de los paquetes de ingredientes como Maizena o copos de avena Quaker (que, recortadas, también formaban parte de los cuadernos anteriores); las de los recetarios que regalaban marcas prestigiosas como Royal; las de las páginas finales de las revistas (las de Burda eran mis preferidas) y, por supuesto, las de los libros de cocina.

Recuerdo ojear una y otra vez los libros de mi mamá y leer las recetas como si fueran un cuento. Eran tiempos en los que no existían las redes sociales ni Google, y las recetas se buscaban en revistas, libros o cuadernos, muchos de ellos heredados de nuestras abuelas.
Han pasado los años y esa atracción sigue intacta. No puedo conocer una ciudad nueva sin llevarme conmigo un libro de cocina, libro que leo y releo mil veces. Sí, aunque suene extraño, yo leo los libros de recetas. Los leo y, mientras paso sus páginas, mi cabeza no deja de pensar y generar ideas. Puede que de muchos de ellos nunca haya preparado una receta, pero todos me han inspirado. Para mí son pequeños tesoros.
No te extrañará entonces que, durante mucho tiempo, uno de mis sueños fuera escribir un libro —de cocina, por supuesto—. Lo tenía guardado en un rincón del corazón como algo inalcanzable, casi secreto.
Hasta que un día, hace ya unos diez u once años, me atreví a preguntarle a Google: “¿Cómo se escribe un libro o, mejor dicho, cómo se publica un libro?”.
Porque escribirlo ya sabía. Venía de gestionar una pastelería donde había creado y probado mil veces recetas para lograr dulces perfectos. El contenido estaba listo; lo que me faltaba era descubrir cómo lograr que una editorial lo publicara.
La respuesta fue clara: necesitaba un agente literario. En aquel momento ni siquiera sabía qué era eso, así que tuve que investigar. Y sin darme cuenta, ya estaba metida en el baile.
Me documenté, armé una lista de todos los agentes literarios de España, preparé una presentación con mi idea y escribí un mail sencillo pero sincero. Luego lo envié, con toda la ilusión del mundo, a cada uno de ellos.
Sabía que era difícil que alguien respondiera, pero no perdía nada. Dejé pasar los días y, poco a poco, me olvidé del asunto.
Hasta que, más de un mes después, abrí mi bandeja de entrada y allí estaba: un mail de Silvia Bastos, quien terminaría siendo mi agente literaria. Había leído mi propuesta, y lo mejor de todo: le había gustado. Quería reunirse conmigo.
Recuerdo la emoción, el cosquilleo en el estómago, la sensación de que mi sueño —ese que parecía imposible— empezaba a hacerse realidad.
Y así fue. Silvia consiguió que una editorial se interesara en el proyecto y, en octubre de 2016, salió a la venta mi primer libro: Básicos de la Repostería. Un libro que escribí con todo mi amor y con la ilusión de que, en cada casa, pudieran hacer dulces y pasteles como si fueran profesionales, pero desde casa
Si no lo conoces, te cuento un poco: el libro reúne 26 recetas base de la repostería, esas preparaciones fundamentales que sirven como punto de partida para crear mucho más. A partir de ellas se pueden elaborar más de 30 recetas derivadas combinándolas entre sí.
Entre esas recetas base encontrarás clásicos como el bizcocho de chocolate, el hojaldre, el cheesecake, las trufas, la pasta azucarada, el flan o el brioche. Y a partir de ellas podrás preparar creaciones más complejas, como una tarta de almendras con pistachos y frambuesas, un pudin de chocolate y caramelo, un rollo de chocolate y fresas, un lemon pie, unos éclairs de chocolate… y mucho más.
En total, más de 60 recetas pensadas para que disfrutes, experimentes y poco a poco domines el arte de la repostería.
Y una de las recetas base del libro que quiero compartir hoy contigo es la crema de frutas o cítricos, también conocida como lemon curd. Un básico versátil que puedes usar para preparar un lemon pie, rellenar pasteles u hojaldres, dar el toque especial al corazón de unas New York Style Cookies, convertirlo en el relleno de un alfajor, añadirlo como capa en un postre en vaso o en un tiramisú de limón… ¡incluso untarlo en una tostada! La lista de posibilidades es casi interminable.
Aquí va la receta para que tú también puedas prepararla en casa:
Crema de limón o lemon curd
Ingredientes
110 g de mantequilla
135 g de azúcar
160 ml zumo de limón (o si la quieres suave 80 ml de agua y 80 ml de zumo)
45 g de almidón
2 huevos
2 yemas
Piel de fruta cítrica
Preparación
Bate las yemas y los huevos en un bol para romperlos. No debes montarlos. Resérvalos.
Pon en una cacerola el azúcar con el almidón y revuelve para que el azúcar rompa los posibles grumos de almidón. Añádele la piel y el zumo de limón, los huevos y las yemas.
Lleva al fuego bajo y cocínala revolviendo constantemente hasta que espese y comience a hervir.
Quítala del fuego rápidamente sin dejar de revolver y añádele la mantequilla fría cortada en trozos pequeños. Continúa revolviendo hasta que toda la mantequilla se haya fundido y tengas una crema suave y uniforme.
Viértela en un bol y cúbrela con papel de film pegado a toda su superficie para que no forme una capa dura. Déjala enfriar en nevera un par de horas.
Variantes
La versión más tradicional es la de limón, pero también puedes hacerla de naranja o de lima.
También puedes utilizar el zumo de otras frutas acidas como fruta de la pasión o frambuesa.
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